El punto es la escalada de la tensión comercial entre EE.UU. y la UE, liderada por la administración Trump, que amenaza con sanciones si Europa no cumple con los recortes de aranceles acordados. La crítica directa del negociador Greer revela una frustración creciente y un posible giro hacia una postura proteccionista más dura, poniendo en peligro la relación económica transatlántica en un momento de inestabilidad global.
